martes, 4 de noviembre de 2014

Stephen Shore





Nacido en Nueva York en 1947, Stephen Shore es uno de los fotógrafos más influyentes de las últimas décadas. Ha supuesto una innovación en las técnicas y modalidades, y su carrera ha estado acentuada por algunos de sus viajes. 


Fui a ver su exposición, facilitada por la Fundación Mapfre, que era gratuita, así que se agradece. Ésta fue adecuadamente breve, la instalación diáfana e iluminada, así como bastante bien organizada permitió un atisbamiento mejor de sus obras. Si bien es cierto, en ocasiones, los cristales protectores, ejercieron como obstáculo en la apreciación de algunas de las fotografías.

La ruta comenzaba con imágenes de una América sesentera-setentera y series experimentales. Avanzada la exposición, se podían ver escenas cotidianas muy bien llevadas a cabo en su composición y trasfondo. La fase de los hallazgos arqueológicos y los libros con imágenes del autor también me parecieron interesantes. La época paisajística y la del estudio de texturas es quizás la menos destacable a nivel subjetivo, aunque eran bastante nítidas y estudiadas. Por último estaban las fotografías de Ucrania, que denotaban la curiosidad del autor por otros parajes. 

Pero las que más me impactaron fueron las enormes escenas en blanco y negro en distintas ciudades de E.E.U.U, en el que el fotógrafo consigue envolverte como si fueras uno de los transeúntes de las ceras de esas calles.

En definitiva, un trabajo muy pulcro y cuidado, para tener en cuenta sobre todo si se es seguidor incondicional de éste ámbito.

MR.C a 4/11/2014

~ La Caligrafía ~

La pasada semana vimos en clase "The pillow book", con motivo de introducción a la clase teórica sobre caligrafía pertinente. Dirigida por Peter Greenaway, esta película japonesa trata la belleza de la grafía oriental, en este caso, plasmada en el cuerpo. 

Me resultó, aunque algo densa y confusa en ocasiones, muy poética y detallada. Lo que más me atrajo fue la lista de placeres de la vida, pequeñas cosas que nos enamoran, con la que muchos nos sentimos identificados, como el olor de las flores. 

Yo he decidido hacer una propia con ciertas ensoñaciones:

* El olor a tierra mojada, el de la madera y el del plástico nuevo.
* Las patatas.
* La música y el poder compartirla.
* Bailar.
* Cantar.
* El sonido de las plumas y los lápices al escribir en papel.
* Los masajes y cosquillitas en la cabeza.
* El sonido del papel arrugado.
* El calor del sol en un día frío... 

M.R.C. a 4/11/2014