Para ello necesitamos hacer un boceto del elemento que queríamos, con temática totalmente libre.
Un bote de spray de pintura acrílica (si podía ser al agua, mejor), de color al gusto, un acetato para la plantilla, un papel convenientemente fino, una brocha vieja, un cúter y un pegamento especial en polvo mezclado con agua.
Pues bien, el proceso era el siguiente:
1. Se saca de la plantilla, con el cúter, tras haber realizado el boceto y haberlo dibujado en ella, el elemento que queremos plasmar.
2. Se aplica con el spray en el papel con cuidado y a una distancia respetuosa para que ni cale ni queden huecos indeseados.
3. Finalmente, se elige un lugar en donde pegar el papel con el pegamento, que se habrá mezclado un poco antes de forma que quede viscoso.
Este es el resultado:
A nivel personal, creo que me ha quedado un trabajo bastante satisfactorio. Ya había probado alguna vez a plasmar directamente a pared, pero fue bastante chapucero, dado que la plantilla era muy endeble. Me gusta porque es un diseño muy característico de mi estilo y ha quedado bastante fiel a como tenía pensado. El aspecto negativo es no haber tenido tiempo para completar la parte de la lámpara del genio, pero en general, ha sido una experiencia muy agradable.
M.R.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario